SUMMERY: La soldadora orbital se ha convertido en una herramienta esencial para las industrias que buscan precisión, eficiencia y calidad en la unión de tuberías. Desde el sector petroquímico hasta la industria alimentaria, esta tecnología garant...
La soldadora orbital se ha convertido en una herramienta esencial para las industrias que buscan precisión, eficiencia y calidad en la unión de tuberías. Desde el sector petroquímico hasta la industria alimentaria, esta tecnología garantiza soldaduras limpias, repetibles y con mínima intervención humana. A continuación, te presentamos una guía práctica para aprovechar al máximo una soldadora orbital en proyectos de soldadura de tuberías.
Antes de comenzar, es fundamental limpiar correctamente las superficies a soldar. Cualquier residuo de grasa, polvo o humedad puede afectar la calidad del cordón. Además, se debe elegir el cabezal de la soldadora orbital adecuado según el diámetro y espesor de la tubería. Para materiales sensibles como el acero inoxidable, se recomienda utilizar un sistema de purga interna de gas para evitar la oxidación interna.
Los parámetros como la corriente, la velocidad de rotación, el flujo de gas y el tiempo de arco deben ajustarse cuidadosamente. La ventaja de una soldadora orbital automática es su capacidad de mantener estos parámetros constantes, garantizando resultados uniformes incluso en largas series de soldaduras. Para uniones críticas, como las de sistemas de gas o de procesamiento de alimentos, la precisión de estos valores es vital.
El cabezal orbital debe colocarse de forma firme y perfectamente alineada con las dos piezas a unir. Cualquier desviación afectará la penetración y la estética del cordón. Algunos equipos modernos incluyen sistemas de sujeción rápida que facilitan este proceso y reducen los tiempos de preparación.
Durante el proceso, el operador debe vigilar la estabilidad del arco y la temperatura del entorno. La mayoría de las soldadoras orbitales cuentan con pantallas digitales o software de monitoreo que permiten visualizar en tiempo real la evolución del ciclo de soldadura. Esto ayuda a detectar desviaciones y corregirlas de inmediato.
Una vez terminada la soldadura, se recomienda realizar una inspección visual y, si es necesario, pruebas de presión o radiografía. Las soldadoras orbitales más avanzadas pueden registrar automáticamente todos los parámetros de cada ciclo, lo que facilita la trazabilidad y el control de calidad, especialmente en sectores regulados como el farmacéutico o el energético.